Todavía queda alguna plaza libre para
apuntaros y empezar una historia que estamos seguros de que no os dejarán para
nada indiferentes. Hoy os traemos otro personaje un poco indiferente, no
sabemos si os gustara más o menos, pero esperamos que os haga quedar con la
boca abierta como a nosotros. Os presentamos a Juliet Jouvet
ANTES DE SU TRANSFORMACIÓN
INFANCIA
Juliet fue una niña deseada que nació en una familia de ricos
a los cuales les gustaba ayudar a los demás.
Su madre, Colette siempre fue una persona que le entregaba a
la gente necesitada todo aquello que tenía disponible. Su personalidad le hacía
sufrir cuando alguien no podía ser feliz por algo tan banal como son las cosas
materiales.
Por ese motivo se había convertido en voluntaria de muchas
actividades con las que intento ayudar a los demás (Caritas, Cruz roja,
ALESTE…). Al nacer Juliet no le quedó más remedio que dejarlo, el tiempo no le
daba para todo y Juliet se había convertido en el centro de su vida.
Empezó a estudiar medicina mucho antes de tenerla a ella,
pero no se graduó hasta que Juliet cumplió un año.
En ese
momento su madre tomo una gran decisión, macharse a donde estaban en guerra
para intentar salvar a la gente enferma incluido familiares y conocidos que
habían tenido que ir, aunque no quisieran. Pensaba que todo iría bien y que
volvería a ver a su querida niña cuando hubiera salvado miles de vida, pero por
desgracia nada de esto ocurrió. Juliet perdió a su madre cuando apenas tenía 4
años, por ello no tenía casi recuerdos de su madre que no le hubieran
proporcionado los videos o fotos.
La explicación que le dieron a su padre fue sencilla, “Una
bomba en la tienda de campaña de hospitalizados, los acompaño en el
sentimiento”. Su padre, Pierre, no hizo
nada. Ninguna lagrima cayo por su rostro y mucho menos dijo una sola palabra
respecto al asunto.
Cogió a su hija en brazos y le dijo “Ahora solo estamos tu y
yo y te cuidare a mi manera, no volveré a perder a nadie”.
La situación para Juliet desde ese momento cambio por
completo. La simpática niñera que le había contratado su madre antes de marchar
fue despedida al día siguiente y sustituida por la señora MONTSE. La señora
Montse nunca fue agradable, ni cariñosa, ni simpática y mucho menos se
preocupaba por ella como lo hacia su madre.
Le enseño a
leer, escribir dibujar y a todo lo que debía de saber una niña. Aprendió a
sentirse por encima de los demás e incluso a despreciarles.
Nunca supo lo que era que le dieran un beso de buenas noches
y mucho menos lo que era que te llenarán de abrazos y besos sin motivos.
Su vida había dado un vuelco de 180º, su madre había muerto,
su padre le veía en las comidas, si le veía, y la estaba criando una persona
que no sabia lo que era una muestra de afecto.
ADOLESCENCIA
Una etapa complicada para todos, pero desde luego más para
una niña que había perdido a su madre y que tenía un padre inexistente.
Nunca había acudido al colegio, no sabia lo que era convivir
con otros compañeros y mucho menos lo que era relacionarse con gente de su
edad.
Montse se
había convertido en su referente, no le daba “algo tan banal” como el cariño,
pero le enseñaba, le regalaba libros, le hacia sus comidas favoritos y la
trataba como una hija.
Cuando cumplió los 12 años su padre decidió que era el
momento de llevarle al mejor instituto de toda España, el Estudio (Madrid). Eso
significo el despido inmediato de Montse y con ello el final del único apoyo
que tenía Juliet.
En el nuevo institutito aprendió mucho, no solo de materias
como química, lengua, historia… (de las cuales siempre iba adelantada), sino también
descubrió que era fuerte y que no necesitaba a la gente para evolucionar y
mejorar. Sentía que la gente no era capad de aportarla nada, sino que lo que
hacían era quitarla mas de lo que le daban.
Durante su estancia en la ESO, no tubo amigos, ni se trató
apenas con nadie. Por ello dedicaba las horas del día a leer, estudiar y
escribir… Lo cual le permitió obtener una beca para bachillerato en el mejor
instituto con estudios internacionales de bachiller en Reino unido, el Dartford Grammar School.
Ahí fue el
inicio de su nueva vida. Cambio su actitud por completo y se convirtió en la
“popu”. Utilizó su belleza e inteligencia para lograr que la gente hiciera lo
que ella quería. No le importaba realmente el como hacia sentir a los demás y
mucho menos como les trataba.
Su padre la enseño todo lo que realmente importaba y que le
repetía continuamente “Eres superior al mundo, no dejes que nadie te robe el
protagonismo”.
Juliet era
una adolescente con más dinero del que una persona normal podría ganar en toda
su vida. Su casa, situada a las afueras de Madrid, se trataba de ese tipo de
hogar que solamente se podían ver en las películas. Disponía de 25 habitaciones, 20 baños, 4
comedores, 2 cocinas, 1 cine privado, 1 sala de juegos, 1 sala de consolas y lo
que mas le importaba una biblioteca enorme con más libros de los que una
persona podría llegar a leer en toda su vida.
Durante su bachillerato se rodeó de muchos conocidos,
disfruto de su etapa en Reino unido y se lio con varios chicos, porque era lo
que se suponía que una chica como ella debería hacer. Claramente ninguno de
estos líos amorosos fue importante, pues como ella sabía nadie la conocía
realmente.
Pasarón lo 2 años de bachillerato y su media le permitió
obtener una beca por matricula de honor. Tenía claro que al igual que su madre
quería ser médico. No para ayudar al resto sino para tener un prestigio y una
cultura. Además, muy en el fondo pensaba que sí estudiaba aquello que hizo su
madre estaría un pelín más cerca de ella. La sentiría más… presente, evidentemente
eso no se lo conto a nadie.
Antes de volver a España con su padre a pasar el último verano
en su tierra, decidió que quería llevar siempre a su madre con ella, así que se
fue a una tienda de tatuajes. Quería tenerla presente para que cuando se
sintiera débil y sin energías recordara que su madre desde el cielo le daba
ánimos. Ciertamente no creía en la existencia de un cielo, pero la animaba el
pensar que su madre siempre la acompañaría a donde quiera que fuera.
Su tatuaje fue sencillo: el nombre de su madre terminado en
un cardiograma.
Sabía que su padre se enfadaría cuando llegará a España y la
viera con esa aberración de tinta negra en su blanca piel, pero en aquel
momento solamente pensaba en que su madre estuviera cerca de ella. La
necesitaba. No conocía el motivo de aquel requerimiento, pero sabía que aquella
mujer que apenas conoció 4 años debía de estar en su vida.
Despedirse de su “amigos” de bachillerato no le fue realmente
complicado, literalmente nadie le importaba lo más mínimo. Así que fue algo
sencillo, se despidió con un abrazo, un ultimo cotilleo, unas risitas y un nos
veremos pronto que todos sabían que era mentira.
Al llegar a casa ocurrió lo que sabía que iba a pasar, logró
disimular el tatuaje unos 3 días, las camisetas largas le ayudaron a que nadie
logrará verlo, pero un descuido, un grito en la cocina y un salir corriendo sin
camiseta larga, lo fastidio todo. Por suerte no había pasado nada, un vaso que
se rompió en mil pedazos y bueno, el disgusto que se llevó su padre. “¿Quién
querrá a mi hija con esa aberración en el brazo” “¿Quién te educo para que te hicieras
esa cosa?” “¿Acaso he sido tan mal padre?” repetía su padre una y otra vez. A
Juliet le hubiera encantado decirle la verdad, que nunca la había educado, que
era un padre ausente y que ojalá él se hubiera muerto y no su madre, pero en
lugar de eso, solamente le grito “¡Es mi cuerpo y hare con él lo que quiera!”.
En ese momento su padre decidió callarse y salir por la
puerta.
Juliet en cambio solo quería que su madre estuviera presente
por ese motivo se fue al desván a buscar entre las cosas de su madre. Pensaba
que entre ellas encontraría todas las cosas que podrían serle útil durante la
carrera.
Empezó a “disfrazarse” con la bata de su madre, el
fonendoscopio, el medidor de tensión… Hizo pilas y pilas de apuntes que pensaba
que igual le serian útiles para los estudios que le venían. Pero de repente se
encontró con algo que no esperaba, se trataba de una carpeta de un notario.
Extrañada comenzó a leer, parecía el contrato de su madre con
la familia Bordeu. En la cual les especificaba que les entregaría a su hijo en
adopción en cuanto naciera en Francia, y se convertirían en ese momento en sus
padres por derecho.
En ese momento Juliet entro en lágrimas, comenzó a llorar sin
poder evitarlo. Su madre la única persona que pensó que la quería ¿iba a
entregarla a otra familia?
Salió corriendo, justo antes de abrirse paso por la puerta
chocó con su padre, se miraron, ambos con los ojos encharcados.
No sabemos porque, pero este personaje no ha
querido contarnos nada más y nos ha dicho que si queremos saber más deberemos
jugar la partida. Así que… si queréis apuntaros ¡hacerlo ya! Las plazas nos las
quitan de las manos.
Si queréis ser unos de los afortunados
jugadores apuntaros en a.c.reika@hotmail.com